jueves, septiembre 25, 2014

Semana -restringida- de los libros prohibidos




Si un libro ha sido censurado, seguramente vale la pena leerlo, ¿cierto? Estamos orgullosos de que nuestra generación ahora puede leer muchos de esos libros sin problema –como Fahrenheit 451, Un mundo feliz e incluso Las ventajas de ser invisible-, porque la crítica nos recuerda todo el tiempo que dichas obras han sido prohibidas y eso les agrega un valor impresionante. ¿Estamos comprando libros por las razones adecuadas?

Esta semana, en Estados Unidos y en algunos otros países del mundo, es como una feria internacional de libros prohibidos. A propósito de la Banned books week, muchos sitios y librerías exponen a los mejores autores y libros que han sido desafiados a nivel internacional. Pero, ¿de dónde diablos surgió la idea?

Bien, pues la “semana de los libros censurados” es una campaña de Estados Unidos –también celebrada por Amnistía Internacional-, que pretende crear conciencia sobre la libertad de leer. Se enfoca en todos los libros que a lo largo de la historia han sido censurados y a sus perseguidos y controversiales autores. 

La semana fue fundada en 1982 impulsada por la activista literaria Judith Krug. Su objetivo era enseñar la importancia de los derechos de la Primera Enmienda, el poder de la Literatura y el peligro  que existe cuando las restricciones se imponen a la disponibilidad de información....

Pero lo cierto es que el propósito se ha perdido a lo largo de estos 32 años. Se ha pasado del celebrar la libertad de intelecto, a “celebrar” la censura y vender libros sólo porque han sido prohibidos.
¿Cuántos textos estamos comprando por morbo?
¿Tenemos la certeza de lo que conlleva esta restricción?

En esta "semana de los libros prohibidos", considero apropiado conocer sus historias, sus contextos, sus por qués y sus cómos, antes que comprarlos.

Y en un esfuerzo para disipar ese morbo y leer y celebrar el intelecto por convicción y no por un acto de falsa rebeldía, me pareció prudente compartir algunos links donde pueden leer libros gratuitamente y conocer un poco más la verdadera historia y el contexto en que algunos de ellos fueron censurados.

Por ser una campaña internacional, muchos de estos sitios están en inglés. Pero si tienen chance de traducir, vale la pena.


  • 15 libros bastante cotidianos y la historia de su desafiante existencia.
  • 600 libros para iPad, iPhone, Kindle y otros formatos. Asimov, Jane Austen, Philip K. Dick, F. Scott Fitzgerald, Neil Gaiman, Tolstoy, Dostoevsky, Shakespeare, Ernest Hemingway, Virginia Woolf y James Joyce, entre otros.
  • Rocola literaria: frases de libros representativos, ilustrados musicalmente.
  • Un pequeño examen que te revelará qué tanto sabes de la historia de tus libros favoritos.
  • Libros un poco más viejos (La Odisea, Los viajes de Gulliver, Madame Bovary y Las confesiones de Rousseau, entre otros clásicos), sus historias y la opción de leerlos gratuitamente.
  • Fantasía y Ciencia Ficción, las 12 más extrañas razones para censurar estos ejemplares. Mi personal favorita es de Mago de Oz: decían que contenía a muchas mujeres fuertes.
  • Ulises, El gran Gatsby, 1984 y otros 11 clásicos prohibidos disponibles para su lectura gratuita.
  • Libros en PDF, un grupo en Facebook de intercambio de lecturas en este formato. Para quienes no tienen -tenemos- lectores electrónicos.
  • Proyecto Gutenberg, desarrollado en 1971 con el fin de crear una biblioteca de libros electrónicos gratuitos a partir de libros que ya existen físicamente.

 Si tienen alguna aportación, algún sitio con contenido que valga la pena, lo espero en los comentarios :)
Ahora sí, ¡FELIZ SEMANA DE LOS LIBROS PROHIBIDOS!

sábado, abril 19, 2014

El nada-extraño-hombre-con-cara-de-Mercury del lago

Supongo que podría aventarme una reseña súper retórica, llena de datos fílmicos, fechas y analogías que podrían o no leer. Pero mejor no, porque lo que vi ayer en la pantalla de la sala Luis Buñuel de la Cineteca Nacional, fue mucho más simple.

Algo sí es verdad: el título inmediatamente sugiere que podría tratarse de un thriller estilo Hitchcock –y de hecho así está catalogado-. Sin embargo, no podría decir que el misterio es una de las virtudes de El extraño del lago. No creo que el título sea adecuado, incluso el poster es revelador. ¿Qué hay de extraño ahí?


En la orilla de este lago no existe el enigma. Salvo por el nombre de algunos personajes que realmente no importan, es muy evidente que aquel lugar es un punto de reunión para los bañistas gays que no van precisamente a presentarse y platicar sobre su cotidianidad y estilo de vida. Hay que decirlo, van a coger como los animales que son, orgullosos de no tener que involucrarse con su pareja; tienen one night stands  y affairs en medio del bosque. Ni siquiera es algo que esté permitido, pero quizá eso aumente la excitación a la hora de ir a esconderse.

Pero Franck no es así. Él busca conocer a alguien, específicamente, y despertar con él todos los días. Ese alguien es Michel, un guapísimo nadador con cara de Freddie Mercury que enamoró a más de uno en este lugar aparentemente muy pacífico. Un asesino, también.

Y todo sería verdaderamente un thriller si Franck fuera de esas parejas ingenuas que ignoran que están vinculándose emocionalmente con un criminal, pero no lo es. Resulta ser testigo de uno de los asesinatos que Michel comete precisamente en el apartado lugar, siendo tal su enamoramiento, que decidió fingir y voluntariamente involucrarse de todas las formas posibles con el homicida. Ahí reside el verdadero meollo de todo el asunto.

Uno se hace preguntas, sí hay misterios pero no son relevantes y por lo tanto, no guían la trama; uno cuestiona algo porque es evidente, esta historia de amor construida sobre el pleno conocimiento de los hechos previos: Franck sabía que Michel podía matarlo y aun así decidió sucumbir ante la pasión y todo aquello que le provocaba el bigotón de ojos verdes. Pudo haber cedido ante el bonachón Henri que, apartado del resto, se prendó de él de una forma tierna y desinteresada; pero no lo hizo y la depresión llevó al leñador por un camino muy complejo y oscuro.            


Más que un thriller, yo diría que El extraño del lago es un melodrama como tantos, que ilustra una peculiar forma de enamoramiento, un amor fallido y uno no correspondido; y lo que la hace especial, son los detalles. El misterio que usted tendría que resolver, si así le interesara, en la Cineteca Nacional, es: ¿qué pasa cuando te enamoras deliberadamente de un asesino?

miércoles, enero 29, 2014

El problema de Metallica: Creer que pueden hacerlo todo

Se despide del mundo Mötley Crüe.



Y no, no me equivoqué de banda. Pero si algo ha distinguido a los Crües en estos meses y años que han discutido su separación, es la sensatez de una banda que sabe que ha recorrido, hecho, deshecho y que todo por servir, se acaba. Vince Neil dejó muy claro que quieren despedirse en un momento de gloria...



... y desde hace un rato me pregunto si METALLICA debería hacer lo mismo.

Obviamente ya es tarde para pensar algo así, pues los Metalliquitos no han dejado de cometer burrada tras burrada de un tiempo para acá. Yo soy fan de la dupla Hetfield-Ulrich y compañía, sin embargo, Through the Never y la última presentación de la banda en la entrega de los Grammys 2014 me causaron un mal que no sentía desde el Sinfónico -así es, lo dice una mujer que gusta tanto del Load, como del Reload y del St. Anger-. 

Through the Never prometía ser una excelente producción y lo fue, si dejamos de lado que no hay una historia, ni principio, ni fin; si tomamos en cuenta sólo la parte del concierto -seguro la vieron; si no, aquí la reseña-. Por otro lado, la de la entrega de los Grammys se trató de una presentación estelar que por suceder excelentes aportaciones como las de Daft Punk y Stevie Wonder, Taylor Swift o Pink, debió haber sido un material verdaderamente memorable y evidentemente, no lo fue.




Desconozco quién haya dictado que “Lang Lang” era el indicado para acompañar al cuarteto de San Francisco, pero el tipo no tenía la más remota idea de a qué sonaba el metal; NO es su estilo, no sabe cómo hacerlo. Por otra parte, desde el Sinfónico –S&M-, Metallica ha tenido la idea de que así se trate de Orquesta Sinfónica de San Francisco, los músicos adicionales tienen que adherirse y acoplarse a sus canciones, cuando la verdad es que tendrían que aportar el tiempo y el esfuerzo suficiente para componer arreglos nuevos a las canciones con el objetivo de que suenen homogéneas y no como que un asiático está queriendo sacar chispas a su pianito para ver si alcanza la intensidad de los solos de Kirk Hammet.

Creo que el problema de Metallica es que se sienten con el derecho y la autoridad de hacer lo que quieran, aunque no tenga sentido. Lo peor es que sí, sí pueden y lo seguirán haciendo aunque queden en ridículo. Parafraseando a cierto alguien que adoro y admiro: No se puede hablar de metal sin referirse a Metallica y, si decidieran retirarse –y aún si murieran-, seguirían generando regalías.

Entonces, ¿qué estarán esperando?

jueves, enero 09, 2014

Ansiedad de efecto invernadero: Reconociendo y aceptando el trastorno a mis 23







Se me ocurrió comparar a la ansiedad con el efecto invernadero. Las emociones, así como los gases y la radiación, se quedan atrapados en nuestra atmósfera provocando que en invierno y en la mente de uno pueda llover y congelarse el mundo tanto como en la primavera. Este es un ejercicio propuesto por mi psicólogo como parte de mi tratamiento en contra de la ansiedad, decidí publicarlo como parte de la aceptación.

 

FADE IN


Mi nombre es Jocelyn Navarro y me molesta en demasía el sonidito del Metrobus cuando está por cerrar sus puertas. Muchos creen que soy intolerante, pero no saben lo que es tratar de escuchar algo y que la mente se concentre en oír lo que está alrededor, ni lo que es dudar de que la persona que está en el espejo seas tú. Mucho menos están conscientes de lo que conlleva temer de tu propia sombra, de tu cerebro, de lo que ves y de lo que no ves. No saben que lograr tener la certeza de que la ansiedad es un trastorno común tarda mucho tiempo y paciencia. Yo aún no lo creo.

Tampoco creo en Dios. Dejando de lado la hipocresía que abunda en la Iglesia –porque en ningún lado de la Biblia dice que Dios necesita representantes en el mundo-, desde niña me aburría ir a misa. Hice casi todos los sacramentos –con excepción del matrimonio y la confirmación. ¿Hay más?-, pero afortunadamente mi mamá abrió su mente lo suficiente como para comprender que yo no diga “Gracias a Dios” al final de la comida. “Gracias a ti”, siempre le digo, “tú hiciste posible que hoy comiéramos, no Dios”. 

Nunca he sido buena para entablar conversaciones o para hablar por teléfono. A decir verdad, los mensajes de texto, Facebook y Whatsapp me cayeron de perlas porque nunca he sido elocuente. Me gusta mucho escribir, el problema es que no podría decir que lo que ahora mismo estoy escribiendo, cuando intente decirlo  va a sonar exactamente de la manera en la que lo estás leyendo o esperas que se escuche.

No tengo muchos recuerdos de mi infancia. El primero que tengo es de cuando mi papá se fue y sólo dijo que por unos días, pero recuerdo claramente haber pensado que se iba a cambiar de casa y así pasó. Después me enteré de que ya llevaba tiempo engañando a mi mamá con una señora a la cual él intento fervientemente que yo quisiera, pero no ocurrió. Mi mamá es todo para mí. Ella significa para mí un apoyo incondicional. Pero, aunque me acepta y me quiere, creo que en realidad nunca me ha entendido. 

Nunca ha sido la mamá más cariñosa del mundo, creo que saqué eso de ella. Tengo unos líos infinitos para expresar lo que siento, creo que mis ojos son más expresivos que yo. Sin embargo, casi todas mis relaciones afectivas –amistades, amores-, han terminado o se han visto en peligro por mi completa inhabilidad para demostrar mis sentimientos a tiempo, antes de que sea demasiado tarde.

Tiendo a guardarme aquello que me hace llorar. Decepciones amorosas, frustraciones, tristezas, melancolías y nostalgias siempre son mías; las guardo con recelo por temor a mostrarme vulnerable. Lo cual es hasta paradójico, porque los últimos meses me he sentido más vulnerable e indefensa que nunca.

Logré hacerme de una identificación con el mundo hasta que tenía 16 años. Lo hice a través de la música, el Metal, para ser más específica. En la prepa empecé juntándome con los fresas del salón –de los cuales, una (Alma) sigue siendo mi amiga-, luego conocí a los metaleros y encontré en ese estilo de vida lo que yo buscaba. No es que sea fodonga, pero nunca me he sentido cómoda sobrearreglándome, con mucho maquillaje o zapatos con moños o tacones. A los 18 aprendí a tocar la batería y a los 19 compré una con dinero que había juntado de mis becas. El mismo año -2009-, mi mamá decidió que quería que yo la acompañara a Europa con motivo de su jubilación; por si fuera poco, también fui a ver a Metallica por primera vez y en 2010 salí en el DVD que hicieron de aquellas fechas en el Foro Sol.

La emoción que me provocó haber visto a la banda más famosa de Metal en el mundo, produjo en mí también la sensación de que yo quería saber lo que se sentía estar en un escenario y ser elogiada por el público. Lo logré, a una escala estratosféricamente más pequeña, pero lo logré. 

Alguien después notó que también tenía talento para escribir y gracias a él empecé a escribir en Playboy México y en la Revista Gótica. Al principio, sin paga. La verdad, es que cuando uno comienza a ver su nombre en la página de una revista como la autora de la entrevista al personaje que está en la portada o su foto en la sección de colaboradores, no hay mayor retribución. Así empezó mi carrera. Creo que siempre me he sentido afortunada, de alguna manera.

Después de empezar a trabajar, comencé a estudiar -tres años sabáticos y de aprendizaje más tarde-. Aún no sé si fue la mejor decisión que pude haber tomado. Muchas veces me pregunto si lo hice por mí y no por hacer feliz a mi mamá, quien sufrió más que nadie durante aquellos tres años de incertidumbre. Lo cierto es, que la FES me ha dado más decepciones que alegrías; malos maestros, clases que prometían ser lo máximo y fueron lo peor, teóricos y teorías que hoy en día son obsoletos y un montón más de paja que, más que pulir mi identidad, me ha desfragmentado al grado de ya no saber qué sé, qué no sé, qué puedo o para qué tengo talento. 

BREAKDOWN


Tengo muchos miedos. Uno de ellos es el miedo a la muerte. No la mía, principalmente la de mi mamá y en general la de mis seres queridos. Hoy temo quedarme sola, antes no lo hacía. Supongo que pensaba que jamás me pasaría algo así. Esta es la parte donde la continuidad del texto se pierde y concluyo que no sé por qué ni cómo, pero estoy sola. Mi mamá y mi novio son mi única compañía. 

Los últimos meses mi vida, se han tornado evidentes mis debilidades, mis límites, mis miedos, mis defectos, mis paranoias. Hoy en día vivo pequeños infiernos diariamente. Me llego a sentir inútil y desesperanzada, más sola que nunca. Temo no recuperarme y a veces quisiera sólo perder la cordura para no darme cuenta de que mi cerebro y mi mente me están ganando la batalla. 

El problema de no saber de dónde proviene el desorden puede llegar a volverme loca porque no sé cómo atacarlo. Lo que me consuela y me anima a seguir buscando solución, es que recién entendí que mi infierno diario tiene un nombre y es una enfermedad mental muy común y a la vez muy molesta. Se llama Trastorno de ansiedad.

También tengo vértigo, por eso no uso audífonos y tengo que proteger a mis oídos de todo sonido fuerte y /o agudo, como el del Metrobus. Ya no soporto asistir a conciertos y estar hasta adelante porque la vibración del bombo y del bajo me produce ansiedad y ataques de pánico. Por si fuera poco, el trastorno me impide beber café y alcohol; también fumar.

Sí, sí he considerado pegarme un tiro en esta cabezota que me duele constantemente. Pero no lo voy a hacer. 

Si alguien se tomó la molestia de llegar hasta esta fase del texto, es porque comprende mis palabras o, de alguna manera, le resultó interesante. Gracias. Uno de los propósitos de esta exposición pública es encontrar gente que también sufra de esto o conozca a alguien que lo haga y poder platicar al respecto. Apenas estoy descubriéndolo, recién comencé terapia para superarlo porque definitivamente es algo con lo que uno no puede solo, por ello ofrezco charlar y compartir lo poco que sé.

FADE OUT.


 

Soy yo porque...

-Así lo quiso Satán.

-Así habló Zaratustra

-Elfen Lied me dejó marcada.

- Nunca me gustó el chocolate.

-Soy un tronco para tocar la guitarra.

-Uso la técnica milenaria de Lars Ulrich.

-"para un auténtico filósofo, nunca está de más preguntar"

-NO PUEDO SER ALGUIEN MÁS.