Si tuviera una banda, quisiera que fuera como Opeth...

Cuando llegué al Circo Volador alrededor de las 12:30 pm, mi vida pendía de un hilo pensando en que quizá ya no alcanzaría boleto para Metallica, ningún lugar, ninguna fecha. A las dos de la tarde, mi gran amigo Ludwik Artuk me habló para decirme que ya estábamos en Metallica, General A, 7 de Junio. La emoción me invadió más de lo necesario a pesar de que ya no alcanzamos la primera fecha.

Hasta mucho después entré en razón, y de regreso de mi mundo, recordé que estaba a unas horas de ver en vivo a la única banda que reconocí como buena banda después a sólo 3 minutos de empezado el Damnation, que fue el álbum con el que conocí a Opeth. "Qué buena banda...", dije, "... qué buena banda."

No soy muy crítica, sin embargo, Opeth siempre ha tenido ese algo que los hace únicos. Y dejando de lado los aspectos técnicos, creo que es viéndolos en vivo que te das cuenta de las razones por las que una banda en verdad es grande.

Opeth tiene de todo. No sólo son una banda que se atreve a jugar con las emociones en sus rolas,
mezclando altibajos, armonías entre guturales y voces limpias y melódicas, músicos de excelente calibre, composiciones alucinantes y una voz prodigiosa; también es una banda que, aunque le debe sus composiciones y alma a Mikael Âkerfeldt, no todo el peso recae en él. Todos sus músicos tienen su momento de gloria, y es por eso que no dependen de solos orgásmicos o caras bonitas. Talento llevado a su máxima expresión, en conjunto.

Y bueno, después de muchas horas bajo el sol (Otra vez me quemé. Ugh.) pasamos a tomar lugar y, puntualitos a las 20:30 salieron los Opeth tan lindos como siempre, abriendo con Heir Apparent, hermosísima, e igualmente del Watershed, tocaron The Lotus Eater.
Y a lo largo del concierto, se escucharon: The Grand Conjuration que desató gritos desgarradores, The Drapery Falls y Masters Apprentices (rola de cierre), tres rolas esperadísimas que no estuvieron en el set del domingo; Hope Leaves (y el inicio de Harvest que nos dejó con ganas de más) de mi esperado Damnation que trajo consigo un mega alucine de luces, increíble, no tengo palabras.
Y del set pasado, de acuerdo a lo que leo y me cuentan, tuvimos rolas como Godhead's Lament y The Night and the Silent Water. Estas entre otras rolas, que aunque pocas, fueron excesivamente extasiantes.

Una noche frente a Opeth es una noche memorable, una noche que de tan hipnotizante parece droga. Opeth es una droga. No lo sé, pero me dijeron que por mucho, este ha sido el mejor concierto de Opeth en México, específicamente el de ayer.

Recuerdo que en la fila, un sujeto que habia conocido en el EyeScream Metal Fest, me pidió que tradujera al inglés unas líneas que había escrito personalmente para la banda, y me dijo que si quería, le pusiera dedicatoria. Se llamaba Moonlight esta prosa. No recuerdo bien las palabras, pero me comunicaron lo que comprobé anoche: Opeth nos aparta de la insensatez y así se los dije al final del escrito: "For those that keep us away from insanity."

Otra cosa que los hace grandes: la actitud hacia el público, simplemente genial. Piñata González RULES! Salí premiada con la botella de la que él personalmente tomó agua. ¿Pueden creerlo? ¡Puedo clonar a Piñata González!

Y bueno, después de esta increíble segunda fecha con una bandota, me consuela pensar que otra bandota (MetallicA) también pueda ofrecer una alucinante y memorable segunda fecha, porque ahí estaré.

Algo que cabe destacar, y fue un notición, es que Dilemma nos trae a otra bandota: CHILDREN OF BODOM el 15 de Septiembre, estén pendientes.

Y recuerden, levanten ambos dedos índices, cúrvenlos y hagan el movimiento de subir y bajar los brazos... éste movimiento se llama... HOOK!, HOOK!, HOOK!, HOOK!


*Gracias a Ludwik Artuk por esta última foto :)